Sus maneras eran simples y reservadas, una indefinible mezcla de anglicismos y andalucismos. Conversamos un rato, probablemente a cerca de la vida en Valencia durante aquellos días y de la creciente fiscalización que los sacripantes del Partido, como los llama en un poema, ejercían sobre los escritores. En esta rápida conversación se mostró cáustico, inteligente y rebelde”. Para seguir leyendo…
Responder