No es revolucionaria la que restringe libertades e impone al Estado como empresario único o mayoritario, asfixia u hostiga a la libre empresa, y subordina el individuo a un Estado «sabio», omnipotente y omnipresente, que piensa y actúa por él. Y si obliga a los ciudadanos a emigrar ya Martí definió a ese régimen: «Cuando un pueblo emigra, sus gobernantes sobran». No hay mejor fórmula para abordar este tema que hacer una simple pregunta: ¿vive un pueblo mejor luego de una revolución? Para seguir leyendo…
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