Producida en un interregno ambiguo, entre el videoarte o el videoclip, la ficcionalización y el neorrealismo, esta obra en coautoría dice igualmente de la diferencia de los ámbitos de proveniencia de sus creadores, e incluso de cierto diferendo generacional que naturalmente los distancia. Obviando que el vestuario no siempre cumple el cometido de representar los setenta, llegan a imantar sus tonos sepia, que remedan los de la casa privilegiada como locación, a la vera del río Almendares, y que otorgan a la pieza una visualidad llamativa por su sobriedad, entre elegante y nostálgica. Para seguir leyendo…
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