Thomas Bernhard: la foto establece el orden, el sentido. Somos los sobrinos de Wittgenstein. Nada sabemos del frío o de la enfermedad. Nada puede herirnos. Somos los personajes de la foto. Ni la muerte puede llegar a nosotros en ese instante. No hay horror. La foto es el obstáculo (no nuestro), la fijación, un límite para que el no existimos. Temes acercarte o que yo esté desde siempre frente a la puerta, esperando. Temes el orden que establece la foto. Avanzas sobre ese pedacito de agua: te acomodas en el silencio, es tu estrategia. La tortura visual dura un segundo. Para seguir leyendo…
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