Algunas de las muestras personales de Orestes Hernández son relatos que ironizan y confían en que el mundo puede irse reordenando a partir de las razones de cada cual. En este reordenamiento se le agrega a la actividad parodiada una fuerte dosis de emoción. Al trastocarse las leyes del acontecimiento originario se funda una versión libre y transgresora, capaz de señalar con audacia hacia el punto donde un objeto, hasta ese momento común y corriente, adquiere a través de la manipulación una energía propia, que lo hace militar dentro del territorio donde una idea bien encaminada lo convierte en arte. Para seguir leyendo…
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