El libro es polémico. Resulta significativo que lo publicaran en Cuba. Randall expresa estar “orgulloso de ser un hijo de la Revolución Cubana”, a la que considera “excepcional”, pero la critica fuertemente al cuestionar varios aspectos, incluso algunos que son considerados “logros de la revolución”. Uno de los aspectos que cuestiona es el sistema de educación cubano. Sobre las becas explica que eran “un espacio colectivo donde se pretendía formar al hombre nuevo sin el cual no parecía tener futuro la revolución”, y que permitían que “los padres hicieran la revolución” mientras el estado se ocupaba de los niños. Se quejaba de que en la escuela no le permitían tener el pelo largo. Acerca de la persecución contra los melenudos, considera “una contradicción de la revolución” el temor a que los jóvenes cubanos usaran los símbolos de la rebeldía hippie. Para seguir leyendo…
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