Es conocida la frase, atribuida erróneamente a Marx, de que la religión es el opio del pueblo. En el caso de Cuba, cabría preguntarse si Martí ha devenido en una especie de opio para los cubanos. Durante el siglo XX la filosofía marxista sirvió de opio para más de una treintena de pueblos, incluido el cubano, el país del socialismo del nunca jamás, donde ni siquiera hoy el aparato oficial habla más de Marx y menos aún de la construcción de algún tipo de socialismo del siglo XXI. Para seguir leyendo…
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