Me parece un crimen de lesa humanidad, acercarte a la escritura de un poeta como José Kozer, que me trasciende, y que trasciende los estudios de su obra, con el simple acto de su obra, acudiendo a una especie de crítica “forense”, diseccionando un poema, como si estuviera muerto, cuando toda exploración se enriquece tomando el pulso y sintiendo en la lectura, un aliento, una fuerza tranquila y constante que confiere al conjunto estructurado del relato poético, un status de escritura viva, pues Kozer es un poeta sensorial y por ende vital. Respetemos y miremos desde ahí, un poema como este. Para seguir leyendo…
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