A lo de Toirac fui porque vino una amiga y quiso ir al Museo a ver lo de Raúl Cordero. Y ya de paso, Toirac estaba ahí. Lo de Raúl eran nuevamente esos paisajes con braille que a mí me interesan cientos de veces más, con todo y su carga decorativa, que lo pretencioso de la expo de Toirac. Hay un adjetivo que no se usa mucho en la crítica, creo que debe ser por el carácter convencional que desprende: “feo”. La curaduría de Toirac es muy fea. Para seguir leyendo…
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