El ruido es visto como algo accidental y resistente a la interpretación. En la obra artística de Jennifer Allora y Guillermo Calzadilla (A & C) el ruido no es enteramente accidental; y no sólo resiste la interpretación, también la interrumpe o la barajea, imprimiéndole nuevas formas. Aunque su obra tiene un poder visual innegable, su arte nos invita a repensar las formas visuales y auditivas de la percepción y la cognición. Como señala Salomé Voegelin: “la visión, por su naturaleza, supone una distancia del objeto” e “implica una metaposición” que “facilita una objetividad que se presenta como la verdad. Ver es creer”. El sonido, al contrario, es efímero e invisible. “El oír está lleno de duda: la duda fenomenológica del que escucha y de sí mismo al escucharlo. El oír no ofrece una metaposición; no hay lugar que no sea simultáneo con lo oído. No importante cuán lejos sea su origen, el sonido se aposenta en mi oreja”. Para seguir leyendo…
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