El hecho estético sigue siendo imposible de definir. A alguien le preguntaron en qué consistía la pornografía, y dijo “cuando la veas vas a saber lo que es”. Así pasa con lo estético. Cuando leí Nocturno de Chile o La virgen de los sicarios me pareció en seguida que estas eran dos novelas valiosas, al nivel de las escritas por las estrellas del Boom. No es lo real, sino la disposición de los acontecimientos, la prosa, la idea central… Para seguir leyendo…
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