La película tiene una sinopsis tan contenida como una gota de almíbar: una joven se enfrenta a cambios sobrenaturales en su cuerpo después de experimentar un momento de conexión con la naturaleza. Pero esa intimidad que en la sinopsis insinúa instante, situación efímera, no es sino la acumulación de un estilo de vida donde ir a sentarse frente al mar, estar ahí sentado frente a lo inmenso, frente a lo infinito, incluso zambullirse en lo infinito, sería la única forma de evasión, el único espacio (cuarto) propio, seguro, después de un día donde la ansiedad y la chatarra son sinónimos. Para seguir leyendo…
Responder