Persiste, a pesar de su realidad, la creencia de que las escuelas al campo fueron, con todo y sus fallas, un proyecto educativo. Bueno, para eso son las creencias: para persistir más allá de los hechos. Lo real es que durante toda la década del 60 el Estado andaba tratando de resolver el problema que él mismo se había creado al apropiarse de tres cuartas partes de la tierra en Cuba sin tener con quienes ponerla a producir. Para seguir leyendo…
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