Ya desde la década de los sesenta estas estrategias de obstrucción y fragmentación del espacio público por parte de las autoridades eran aplicadas como una suerte de metodología de acordonamiento y sustracción de individuos socialmente peligrosos para el orden interno. Así lo documentan todas las crónicas y relatos sobre detenciones forzosas y traslados hacia las Unidades Militares de Ayuda a la Producción. O sea, existe aquí un patrón de conductas que lamentablemente tiene plena vigencia en la actualidad. Por ello, el argumento de «obstrucción» ofrecido por el coronel Eddy Sierra Aria carece de toda legitimidad, pues era la PNR, los órganos de Seguridad del Estado y los individuos sin identificación los que, efectivamente, interrumpían el flujo de tráfico, y no los marchantes que transitaban por el Paseo del Prado. Para seguir leyendo…
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