Si, como se dice en el artículo de Elvia Rosa (…), mantener un proyecto alternativo en Cuba es jugar a la ruleta rusa, yo invito a preguntarle a Sandra Ceballos cómo se ha mantenido Espacio Aglutinador, y cómo hacíamos los que allí íbamos en sus momentos iniciales. Me parece muy loable que David Mateo, viva donde viva (que tampoco es de interés) haga un proyecto a su medida. Con esa frase queda todo dicho, y al final, con esa épica de “qué derecho moral nos asiste para cuestionarlo”, doy por hecho que el diálogo del arte cubano tendrá que esperar quizás varias décadas más. Para seguir leyendo…
Responder