Para Mañach, alumno de un colegio español, estudiante en Harvard y en París, el cubano es un ser socialmente incompleto. El mejor ejemplo es el del choteo, «fenómeno psicosocial» que él considera lamentable. El choteo es la prueba de la levedad del carácter del ser cubano en los primeros anos de la república, del desequilibrio de su sociabilidad. El esclavo José Francisco de Landaluze que besa la escultura del ama blanca, es para Mañach el cubano independiente que tira una trompetilla a un orador público y que debe cambiar «con el advenimiento gradual de nuestra madurez, con la alteración paulatina de nuestro clima social». Para seguir leyendo…
Responder