«Cuba perdió estos años la oportunidad de amarrar el cambio y Trump, con su empeño a toda costa de borrar cualquier cosa que sonara a Obama, hizo el resto. Hoy Trump resulta funcional a una Cuba en apuros, a la que no le queda más remedio que rescatar lo privado», sentencia para este periódico Carlos Malamud, investigador del Real Instituto Elcano. Las relaciones diplomáticas siguen vigentes y las legaciones abiertas, pero copiando los usos y costumbres del pasado. Nada que ver con la hoja de ruta trazada entre el ex presidente estadounidense y Raúl Castro. La gran víctima es la economía de la isla, que sufre una situación parecida al Periodo Especial de los 90. Para seguir leyendo…
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