De mi cuerpo, ellos deben ver sobre todo de la cintura para arriba. Es que en mis ventanales hay muchas plantas ubicadas de forma estratégica, para que solo de vez en cuando puedan darse cuenta de que estoy escribiendo en calzones. Pueden ver mis bragas, mis calzones, mi blúmer (como se diga), cada vez que me levanto del escritorio. Antes me cuidaba mucho de no levantarme así, para que ellos no pudieran ver nada en caso de que miraran para el frente, cosa que no era difícil, porque ahora, con las cortinas medianamente hacia arriba, puedo ver que la cama de los ancianos está de frente a sus ventanales. Y a los míos. Para seguir leyendo…
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