Pienso que, con las nuevas medidas económicas, quizá al pueblo le pasa lo mismo con los gobernantes. Es más fácil creerse eso de que lo están haciendo por nuestro bien. Las tiendas en dólares son por nuestro bien. No hay ni pinga. Pero no. Hay que creérselo. Porque, si no, te meterías en una talla super fula ahí, si aceptas que todo es una caca, que no hay respeto, que das igual. Los cables se queman y tendrías que salir para la calle a hablar solo. Se me había olvidado contar que desde que salí de la casa vi pasar a cuatro personas hablando con ellos mismos. Pero a lo que voy. Es más fácil jugar el juego, seguir la rima, porque si no te crees el cuento, la cabeza y el sistema inmunológico van al suelo. El empingue. El dolor. En fin. Para seguir leyendo…
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