El periodista Alexis Triana, responsable de comunicación del Ministerio de Cultura, dirigió la puesta en escena de la “voluntad de diálogo” de las autoridades cubanas tras el 27N, que se representó en streaming, y en la que se desplegó la maquinaria de manipulación y difamación habitual de los medios de comunicación del estado. Sin embargo, las transmisiones en vivo constituyen un riesgo. De repente se puede producir una interferencia en el mensaje oficial y escucharse algo fuera del guion. Entonces pasa lo que a Triana le pasó: queda al descubierto el nerviosismo de la forma más ridícula posible. Para seguir leyendo…
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