Aquí lo que tenemos es un caso de infracción de copyright. El régimen de la isla, desde que se instaló en el poder, se ha abogado el derecho exclusivo a la “marca” Martí; le puso su trademark y lo sale a disputar pistola en mano. Por tanto, cualquier manifestación, cualquier uso, cualquier semblanza, cualquier cita o parafraseo, cualquier referencia, cualquier pulóver con su efigie, cualquier libro que se le dedique, cualquier cartel o pancarta, cualquier mural que lo evoque, cualquier mención que lo nombre o lo aluda, tiene que llevar el imprimátur del castrismo, so pena de recibir el más severo peso de la ley. Para seguir leyendo…
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