Los medios oficiales utilizaron los interrogatorios para construir la tesis, todavía redituable, del “mercenarismo” opositor y acusar a los expedicionarios de pertenecer a la élite terrateniente, al régimen batistiano e, incluso, de ser esbirros de los aparatos represivos de la dictadura. Lo cierto es que, en su gran mayoría y especialmente sus líderes (Artime, Pérez San Román, Oliva, Varela Canosa, Villafaña, Del Valle…), eran jóvenes católicos y anticomunistas, de clase media y algunos de sectores populares, que habían simpatizado o luchado, originalmente, del lado de la Revolución. Para seguir leyendo…
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