No basta establecer a nivel constitucional dicha independencia para satisfacer las Reglas Básicas de las Naciones Unidas al respecto, si no se crean robustas garantías para que sea todo lo efectiva posible a la hora de enfrentarse al resto de poderes, si fuese necesario, en aras de salvaguardar el imperio de la ley. Restituir el poder judicial en todo su esplendor ha de ser interés del Estado que quisiese apellidarse «de derecho», pero sobre todo ha de ser interés de una ciudadanía que enarbole la ley como límite al poder del Estado. Empoderar a la justicia para que esta hable por sí, le pese a quien le pese. Para seguir leyendo…
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