Se utiliza el asunto de Cuba en términos de agendas internas. Por ejemplo, en España sucede a menudo que el apoyo que reciben los disidentes políticos cubanos viene por parte de Vox. Obviamente, este es un apoyo no deseado, pero por otra parte hay que ver la condición en la que está ese disidente político al que Podemos, básicamente, desprecia, pues lo estereotipa como alguien pagado por el imperialismo y que está a los servicios de una potencia extranjera. Aquí se aprecia una manipulación del tema y del significante, porque Cuba, para Occidente, se ha convertido sobre todo en un símbolo. Desconfío siempre de quienes se llaman de izquierdas y no están dispuestos a hacer un ejercicio crítico sobre sus afectos y sobre su altar sentimental. Muchas veces, en estas situaciones veo una suerte de egoísmo, un no mirar de frente una realidad que observas como un símbolo. Me parece que aquí hay una deshonestidad intelectual tremenda. Para seguir leyendo…
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