El Gay Parade puede leerse a través de lo que Martin Matuŝtík llamó como “multiculturalismo lúdico”. Este concepto es fundamental para entender cómo se articula desde el Estado la representación del “otro” y su asimilación en las sociedades contemporáneas. El discurso sobre el multiculturalismo está encaminado a ofrecer una ilusión de integración. Este proceso de comercialización y despolitización de identidades se caracteriza, entre otras cosas, por la organización de festivales y ferias en que se muestran personas vestidas en trajes típicos, se sirve comida “étnica” y se escucha world music. Para seguir leyendo…
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