Los académicos e intelectuales están sorprendidos porque CLACSO y otras organizaciones «se solidarizaron no con el pueblo reprimido, sino con el Estado represor, poniendo a un lado su compromiso con las demandas ciudadanas. Es por ello que, con indignación, encontramos que adoptan hoy una posición cómplice de las más recientes acciones del Estado cubano, haciendo del respeto a los derechos universales de las personas una mera cuestión táctica que cambia según el signo de quienes los vulneran». Para seguir leyendo…
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