Dolores Labarcena: El son es lo más sublime
Después de 62 años de férrea dictadura algunos escritores hasta ayer distantes o apolíticos (eso parecía), no ya la claque oficialista, defiendan a voz en cuello lo indefendible. Que incluso en medio del apagón cibernético y mientras seguían apaleando a media Cuba, tuvieran internet gratuito e ilimitado. Quienes hemos vivido bajo un régimen totalitario, sabemos de sobra que los tiranos producen en sus adeptos una regresiva fascinación. Más que nada, un sentimiento primario, lo que Kundera llamaría el “helado cubo de miedo”. Para seguir leyendo…
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