El #ArtePolítico tiene consecuencias. Si uno sale de la sala de un teatro autocomplacido de lo buen ciudadano que es por haber tenido unos minutos de subversión a puertas cerradas, con las luces apuntando al escenario y no al público, entonces eso puede ser arte, pero no es arte político. (…) Ya no es suficiente hacer un arte que ‘comenta’ o ‘reacciona’ a lo que sucede. El arte tiene que ser un acto prefigurativo. Hay que hacer arte para lo que no ha ocurrido todavía, para lo que está por ocurrir. Los políticos están planificando hoy lo que va a pasar en 2030. Para seguir leyendo…
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