NDDV: Arturo Cuenca: no hay exilio de terciopelo
A pesar de que su obra tardía interpeló a América como su obra temprana había interpelado a la dictadura castrista, la carrera de Arturo Cuenca en el exilio fue menos que extraordinaria. Su trumpismo, su puritanismo, su incapacidad para el amiguismo y su intransigencia con la mediocridad le granjearon enemistades y le cerraron puertas que solo se abren a los conformistas. Arturo Cuenca fue una de esas personas ilustres de las que uno admira incluso los errores. La suya, como la de Reinaldo Arenas, es una muerte atribuible al castrismo. Lo absurdo de su desaparición viene a negar la idea de que alguna vez existió un “exilio de terciopelo”. Para seguir leyendo…
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