Yolanda Huerga: La casa llevada a cuestas, un libro de fotografías
Tal vez la importancia de la obra de Gilda [Pérez] para la fotografía cubana no radique solamente en el valor y la calidad de sus imágenes, en lo que tienen que decir sobre nosotros y sobre sí misma, sino también en su modestia. Nos recuerda (a nosotros, un pueblo escandaloso, propenso al espectáculo y a una época en la que el ruido es la norma) la importancia de lo silencioso y lo discreto; la importancia de atender los propios viajes contemplativos. Caracol constante, casa llevada a cuestas, las fotografías de Gilda, en su engañosa pequeñez, contienen el infinito”, concluye en su prólogo a “Tiempo de fotografías”, Martínez-Grandal. Para seguir leyendo…
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