Julio Llópiz-Casal: La política (cultural) de la verdad (relativa)

DD.HH. | 25 de noviembre de 2021

La experiencia de la Revolución cubana no puede ser como un decreto, como un fenómeno que, si no es experimentado según una pauta determinada, entonces es ilegítimo y atacable. El único responsable de que, a día de hoy, la Revolución no inspire en las personas lo que inspiró en su momento de esplendor es el Gobierno cubano. El desmoronamiento, la decadencia y la corrupción de lo que un día en Cuba se exhibió con orgullo es resultado de la incapacidad política, de la intransigencia a la hora de tomar decisiones esenciales, del impedimento de participación ciudadana real en la vida nacional. Para seguir leyendo…