Manuel D la Cruz: 11-J: El cuerpo preso y el alma libre de Duannis Dabel León Taboada
Ocho hombres, entre policías uniformados y oficiales vestidos de civil, no tomaron bien que Duannis Dabel se lanzara a correr. Nuevamente las piedras. Los vecinos se asomaron a verlo todo. Una piedra grande lo alcanzó en la espalda y lo tiró al suelo. «Ayúdenme», gritó. Los oficiales se ensañaron con el rebelde. «¡Pueblo, ayúdenme! ¡No permitan que me hagan esto!». Para seguir leyendo…
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