Rolando Sánchez Mejías: Pezuñas
¿Y por qué huía el puerco? Porque había olido la muerte. La olió cuando la vieja se le acercó sigilosa por detrás, la boca de culo más abierta que de costumbre, el pañuelo apretado sobre las cejas dejando fuera las orejas grandes de vieja. Entonces el puerco lo supo, que era la Muerte lo que le venía por detrás de sopetón. Para seguir leyendo…
Responder