Miguel Montero: Crónica de una no-detención

DD.HH. | 2 de mayo de 2023
©Garaicoa, ‘Villa Marista’, 2009

Sentado solo en aquella habitación de interrogatorios comprendí que la Seguridad del Estado pretende usar el tiempo a su favor. Te hacen perderlo soberanamente. Lamenté no tener un librito a mano. Me puse a silbar hasta que, no sé cuánto después, llegó un oficial joven que ocupó el escritorio y me ordenó que pusiese los dos pies en el suelo y colocara las manos sobre las rodillas. Luego llegaron tres oficiales: el agente Gerardo; un señor achinado que, según recuerdo, era mayor, y un teniente coronel. Para seguir leyendo…