Rolando Sánchez Mejías: Tú sabes, yo sé, Makarov sabe… ¿Acaso no somos una gran familia?
La historia es larga, pero la voy a resumir. Resulta que tu padre, en el fondo, era una persona muy romántica. Un hombre profundamente sentimental pero imposibilitado de expresar su mundo interior por las circunstancias históricas. ¿Qué puede hacer un hombre que se levanta a las cuatro de la madrugada y trabaja la tierra hasta que el sol se pone? Ni siquiera podrá mirar el sol o la luna con buenos ojos. Es un hombre alienado. No solo alienado de sus medios de producción, sino además del sol y la luna, pues la alienación, imberbe Ambrosio, es un cáncer que se expande a la Naturaleza y viceversa… Para seguir leyendo…
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