Yenys Laura Prieto: El drama de los cubanos con insuficiencia renal crónica

DD.HH. | 13 de agosto de 2023
©Héctor L. González Aguirre / ICLEP

En 2018, el único riñón de Héctor Lázaro González Aguirre dejó de funcionar. Hasta ese momento no estaba al tanto de la afección que pondría en riesgo su vida. Ahora tiene 39 años y para sobrevivir debe estar conectado a una máquina de hemodiálisis. Pero el uso consecutivo de catéteres le provocó varias complicaciones que impiden la realización del tratamiento. «Pronto la hemodiálisis no será posible para mí», se puede leer en la plataforma GoFundMe en la que varios amigos han iniciado una recaudación de fondos para que pueda ser atendido fuera de Cuba. 

Héctor es periodista. Cubano. De Alamar. Cuenta que fue muy sorpresiva la aparición de su enfermedad en un momento intenso de su carrera profesional. Recibió tratamiento en el Instituto de Nefrología de La Habana, donde estuvo cerca de tres meses en terapia intensiva sin que los especialistas pudieran dilucidar las causas que originaron su padecimiento. No presentaba síntomas de otras enfermedades que hubieran podido incidir. 

El llamado de auxilio de Héctor no comenzó ahora. En octubre de 2022 varios medios de prensa se hicieron eco de un video publicado en Facebook en el que solicitaba atención urgente y una alternativa de tratamiento para la insuficiencia renal crónica en fase terminal que padece. Desde ese momento, se reportó la situación crítica del periodista cubano. Un año después de la grabación, continúa esperando. 

Quienes lo conocen de sus años como estudiante en la Facultad de Comunicación saben de su persistencia y comparten también su dolor. Varios excompañeros de la universidad radicados fuera de Cuba han movilizado las redes sociales para que él pueda salir del país mediante un visado humanitario y reciba la atención médica que precisa. Una de las pocas posibilidades para su caso es la incorporación a un programa de diálisis peritoneal (DP) —un tratamiento que utiliza el revestimiento del abdomen o vientre del paciente para filtrar la sangre dentro del organismo—, pero actualmente los insumos para el tratamiento son insuficientes en Cuba.

«Sobre Héctor podría decir muchas cosas, pero la más importante para mí es que siempre ha sido un ejemplo de resiliencia, perseverancia y fe. Héctor empezó a estudiar Periodismo en la Universidad de La Habana con 25 años. No porque se hubiera tomado tiempo para pensar o viajar, sino porque trabajaba como soldador en el puerto. Héctor hizo su carrera sin una computadora y viviendo en Alamar. Muchas veces era el último en irse del laboratorio de computación de la facultad, casi que a medianoche, para volver a clases en la mañana siguiente», escribió la periodista Mónica Baró en su perfil de Facebook. 

Datos oficiales del Ministerio de Salud Pública (Minsap) refieren que en 2021 había más de 4 500 pacientes en hemodiálisis crónica y solamente unos 80 accedían a la diálisis peritoneal. Mientras que alrededor de 1 000 personas vivían con trasplante renal. Las frecuentes denuncias en redes sociales apuntan a un deterioro en la atención de esos pacientes, como resultado de la acentuación de la crisis del sistema sanitario cubano. 

En septiembre de 2022, el usuario Dalgier Moliner comentó en un artículo de elTOQUE que «se estaba trabajando con jeringuillas de cristal en pacientes positivos a la hepatitis»; y que además había «servicios con filtraciones (…) y no se logra[ba] concretar que los insumos [llegaran] en el tiempo pertinente». Resaltó además la baja disponibilidad de guantes y sustancias desinfectantes. 

El ministro de Salud Pública de Cuba, José Ángel Portal Miranda, reconoció durante el balance más reciente del sector que en 2022 hubo falta de medicamentos y bajas coberturas de suministros médicos, lo cual provocó una afectación directa en los servicios de Salud. Agregó que a lo anterior se sumó un aumento de los problemas en la infraestructura tecnológica, con obsolescencias y roturas de equipos. 

La vida de Héctor ahora depende de la solidaridad de quienes se han sumado a la campaña de recogida de fondos para apoyar su derecho a un tratamiento digno. Los 21 catéteres que han utilizado en él dañaron de modo severo su sistema vascular. Sus venas principales están obstruidas y no es posible hacerle diálisis mediante esa vía. En Cuba no le quedan opciones y el tiempo juega contra él.

En este enlace se puede encontrar el testimonio y la posibilidad de colaborar con su proceso de salida del país y tratamiento en el exterior. 

«Para abordar mi estado de manera más urgente he optado por explorar la opción de un programa de DP en el extranjero. Con este propósito, he tomado la decisión de solicitar un visado humanitario para Estados Unidos. Perder varias semanas de tratamiento representaría un riesgo directo para mi vida», afirma Héctor en el comunicado.

OTROS CASOS SIMILARES

En julio de 2023, el doctor cubano Camilo Manuel Oliva Fajardo denunció a través de un post de Facebook el estado de abandono al que se encuentra sometido como paciente con insuficiencia renal desde hace varios años; una situación que acorta cada vez más su «calidad y tiempo de vida». 

«Necesito ayuda con los insumos médicos para las hemodiálisis, ya que me veo afectado todas las semanas por la falta de [estas] y [no hay] solución», reveló el médico cubano, quien asegura estar viviendo con «la última fístula arteriovenosa, sin posibilidad de ningún otro proceder».

Roberto Borges Leal, un camagüeyano con el padecimiento, alertó en marzo de 2023 sobre los problemas con el servicio de hemodiálisis del hospital de esa ciudad y su imposibilidad de recibir tratamiento durante varios días. «Dicen que no hay dializadores ni ramas para el tratamiento, tan importante que es para la vida», afirmó Roberto. 

Por otro lado, en abril de 2023 el medio independiente Cubanet advirtió sobre decenas de contagios de hepatitis C en dos centros hospitalarios de Holguín debido a violaciones en las medidas de bioseguridad durante el procedimiento de hemodiálisis. Hasta el momento no ha habido pronunciamientos oficiales en torno a los hechos. 

Las redes sociales, una vez más, se convierten en un sitio de denuncia para lograr la visibilidad de casos críticos que, de otro modo, no serían conocidos. En mayo de 2023 un padre cubano hizo un llamado para preservar la vida de su hija hospitalizada en una institución médica de la isla. «Necesito para mi niña en Cuba un catéter permanente pediátrico para hemodiálisis (…) y no lo hay», refirió ante la ausencia del dispositivo. 

Mailin Rueda Sevila también está solicitando una visa humanitaria para su hijo de 9 años con insuficiencia renal crónica en fase terminal. El niño Juan Ernesto Benítez Rueda debe hacerse el tratamiento de hemodiálisis tres veces por semana, durante tres horas, en Santiago de Cuba —explicó la madre en un video difundido en las redes sociales— y hace dos años está listo para el trasplante con un donante vivo.

«Su papá es compatible con él y le va a donar un riñón. En el país no existen condiciones suficientes para una operación de esta magnitud», dijo Mailin, quien también ha organizado una recogida de fondos para apoyar el procedimiento fuera de la isla. Aquí pueden conocer su historia y ayudar a la familia. 

MÁS PACIENTES NEFROLÓGICOS EN CUBA

El doctor Remberto Cruz Pérez, especialista en Nefrología y jefe de ese servicio en el Hospital General Provincial «Camilo Cienfuegos» en Sancti Spíritus, explicó en julio de 2023 a un medio provincial que en Cuba existía «un mayor número de pacientes en la fase de hemodiálisis» y que solamente al 6 % (aproximadamente) de quienes permanecían en terapia renal se le practicaba diálisis peritoneal y trasplante renal. Señaló que ha habido una disminución de esos procedimientos médicos después de la pandemia de COVID-19. Asimismo, Jorge Pordieguez, director de Inversiones del Ministerio de Salud Pública, reconoció «el aumento de los casos con insuficiencia renal en Cuba y las dificultades en la transportación de los pacientes a las cabeceras provinciales para recibir el tratamiento». 

Según una nota oficial publicada en mayo de 2022, la Agencia Francesa otorgó un crédito para la puesta en marcha de 332 máquinas de hemodiálisis en 56 instituciones nacionales de salud. En enero de 2023 se anunció la incorporación de 9 instalaciones de hemodiálisis gracias al crédito de la agencia. Los servicios debían estar operativos en el primer semestre del año. Hasta el momento, que se haya difundido, solo ha sido inaugurado un nuevo servicio de este tipo en Consolación del Sur, Pinar del Río. 

El discurso estatal cubano relaciona las carencias en la atención a los pacientes renales con el impacto de las sanciones estadounidenses contra el Gobierno cubano. En el caso de la hemodiálisis, Remberto Cruz afirmó que «los riñones artificiales se importan desde países europeos», una tecnología «que si no existiera el bloqueo se podría adquirir en Estados Unidos y tuviese un menor costo en términos de transportación».

El especialista espirituano subrayó, además, que la mayor parte de la tecnología, los elementos desechables y los fármacos son importados. En ese sentido, el primer ministro de Cuba, Manuel Marrero Cruz, reconoció en el balance del Minsap que «la carencia de ingresos en divisas impide avanzar en la (…) adquisición de recursos que garanticen las demandas de salud de la población». 

Si bien el gasto público en Salud es una de las mayores partidas del presupuesto anual del Estado, desde 2014 la inversión en salud pública y asistencia social —que es la que asegura la creación de nuevas capacidades, el mantenimiento de las existentes y la compra de nuevos equipos— no ha sido mayor del 3.6 % del total de la inversión nacional (cifra alcanzada en 2016, según datos oficiales). En 2020, luego del inicio de la pandemia de COVID-19, la inversión en el rubro apenas alcanzó el 0.9 % del total, mientras la categoría que incluye la construcción de hoteles se disparó al 45.6 %.

En ese contexto, son cada vez más frecuentes las denuncias en redes sociales y las solicitudes de ayuda internacional para que pacientes con enfermedades complejas o avanzadas puedan ser atendidos en otros países. La recaudación de fondos entre los emigrados cubanos, la oportunidad de obtener un visado humanitario y la colaboración de organizaciones no gubernamentales se convierten en la única alternativa para quienes no encuentran en el país la atención médica que necesitan. 

Ese es el camino por el que transitan ahora Héctor González Aguirre y Juan Ernesto Benítez, dos cubanos con insuficiencia renal crónica en fase terminal sin posibilidad de ser tratados en la isla. Mirar hacia afuera es, para ambos, la única confianza.  

Publicación fuente ‘El Toque’