Oluremi C. Onabanjo: Susurrando juntas: Una entrevista con María Magdalena Campos-Pons

Artes visuales | 19 de septiembre de 2023
©María Magdalena Campos-Pons. Detalle de Los secretos del magnolio. 2021

[…] Una joven duerme en La Vega, un mosquitero cubre
sus miedos y alegrías. En la oscuridad, podría ver…
la imagen de un búho hembra. La lechuza.
Sus ojos como agujeros negros, testigos
de la intensa oscuridad
del universo, de las extensiones de azúcar
y del irremediable azul
del mar abierto…

MMCP, “Nesting the Owl” [La anidación de la lechuza]

María Magdalena Campos-Pons combina una gran variedad de formatos y experiencias para reflejar todos los recuerdos, intimidades y subjetividades que conforman la diáspora africana. Pilar del arte cubano desde la década de 1980, su actual serie de obras en papel consiste en una colección cada vez más amplia de figuras humanas con forma de lechuzas –mujeres maduras dotadas de una gran majestuosidad y sabiduría. El MoMA, con el apoyo del Fondo para América Latina y el Caribe y de Ronnie Heyman, acaba de adquirir un autorretrato titulado Secrets of the Magnolia Tree [Los secretos del magnolio]. A principios de este año conversé con Campos-Pons sobre su pintura en el marco del compromiso permanente del Instituto Cisneros con el arte y el medio ambiente en la América Latina contemporánea. La charla giró en torno a los años y al trabajo que ha implicado su creación, a la relación entre el cuerpo y la tierra, a los sufrimientos y poderes de las mujeres de color, y a las posibilidades que habitan en los espacios indeterminados entre las distintas maneras de hacer arte.

Oluremi C. Onabanjo: ¿Cómo surgió Los secretos del magnolio?

María Magdalena Campos-Pons: Mi trabajo siempre se inspira en la geografía y en las repercusiones de la geografía. Es decir, en la naturaleza, la tierra y todo lo que esta conlleva, en especial en la conformación del ser. En mi caso, mi formación, la de la artista, de una mujer que ya no es joven. Los secretos del magnolio es un intento por comprender claramente cómo la geografía y la naturaleza marcan el cuerpo, y cómo éstas se relacionan. Luego de vivir cuatro años en Nashville, esta pieza marca para mí la primera ocasión en la que soy capaz de tocar la fibra de lo que significa estar aquí. No sé expresarlo con claridad, no puedo decir cuál es la magnitud, pero me he sentido profundamente conectada a la realización de la pieza.

La zona donde está ubicado mi estudio —en la Universidad de Vanderbilt— se encuentra en el centro de un jardín botánico. Un invernadero. Cada planta que se encuentra allí ha sido escenificada y cuidada para construir una narrativa de la historia de esta tierra. Mi propia historia, el haber salido de una granja en Cuba, conlleva en sí un sentimiento de pertenencia a la naturaleza. Cuando camino por el jardín, absolutamente fascinada por la belleza de Vanderbilt y los árboles y la naturaleza que encuentro allí, en el fondo también medito sobre la historia de los horrores que acarrea la belleza natural en el sur.

De modo que podemos ver Los secretos del magnolio como una reflexión poética, pero también como una crítica mordaz.

Sí, es una declaración abierta sobre “si estos árboles hablaran…” Si el árbol pudiera ponerse a invocar y dejar salir el dolor que encierra la belleza. Evidentemente no estoy responsabilizando sólo al terreno en Vanderbilt. Uso la referencia al magnolio como significante de esta misteriosa belleza del sur. Los magnolios son magníficos en muchos sentidos.

María Magdalena Campos-Pons. Initiation Rite / Sacred Bath (a veces llamado Baño Sagrado). 1991
©María Magdalena Campos-Pons. Initiation Rite / Sacred Bath (a veces llamado Baño Sagrado). 1991

Explorar esas raíces seguramente es un trabajo abrumador.

Este corpus de obras surge de un proyecto titulado Because the human body is a tree [Porque el cuerpo humano es un árbol], una performance que hice en 1990 en la Powerhouse Gallery de Montreal. Para mí, la idea era que el cuerpo podía existir y verse a sí mismo a través de la naturaleza, y que la naturaleza se expresaba a través del cuerpo. Surgió a raíz de mi vínculo con los sistemas espirituales y filosóficos yoruba.

Antes de eso, había terminado una obra llamada The Truth Doesn’t Kill You (La verdad no te mata). El título está sacado de un proverbio yoruba. Para esa obra, había cortado tres siluetas de mi cuerpo en tres tonos de madera distintos: uno muy oscuro, otro muy claro y otro de tono intermedio. Se podían ver todas las gamas de tono de piel, pero en diferentes maderas. Aproveché la oportunidad de La verdad no te mata para dar forma a un nuevo comienzo, en esta misma conversación sobre la naturaleza y el cuerpo.

Así que cuando llegué a Tennessee, esta idea, esta metáfora que había estado presente desde hacía tanto tiempo en mi obra, se convirtió en una reflexión sobre el cuerpo y su historia, aquí con motivo de la historia de los linchamientos. Vuelvo a esta reflexión sobre la historia, de modo que también pienso en el nivel espiritual de los cuerpos de las mujeres, y en la concepción de las mujeres como fuerzas espirituales.

María Magdalena Campos-Pons. Nesting II. 2000
©María Magdalena Campos-Pons. Nesting II. 2000

Y así llegamos a la figura de la lechuza y al motivo por el que tu tema en Los secretos del magnolio adopta una forma que se parece a ese pájaro y también a un ser humano, concretamente a ti.

Las lechuzas han estado presentes en mi mundo desde que era una bebé. Recuerdo que cuando era muy joven me despertaba en mitad de la noche y veía una lechuza en la ventana. Estaba simplemente quieta allí y esa es una imagen que jamás me abandonó. Las lechuzas no suelen acercarse tanto a las personas. Pero siempre que pienso en ellas, aparecen. No como metáfora, sino como seres físicos.

¿Dirías que en cierta forma te acechan?

Diría que me acompañan. Me dicen cómo mirar o cómo sentir. En los bosques, son testigos invisibles que, sin embargo, ven todo. Para mí, Los secretos del magnolio es casi como una ventana abierta para mirar hacia adentro y ver la presencia de estas fuerzas. Son fuerzas del bien, de la redención, con el poder y la energía para develar, revelar. Por eso elegí un gran formato para la obra. Por cierto, durante todo el tiempo que trabajé en la pieza, jamás la vi en pie. La hice en mi estudio, que no es muy grande, por lo que trabajé en el suelo.

Qué interesante. De modo que no has compartido un espacio físico con la obra con los tres cuadros en posición vertical.

Exacto, y por eso siempre he imaginado la pieza de una forma curiosa. Porque, en la imagen, ella está agachada. De modo que si decidiera ponerse de pie, sería tres veces más grande. Pero me interesa tanto lo gigantesco como la miniatura. Porque literalmente hay que usar una escalera para acercarse a la parte superior de la cabeza y ver el pelo, pero cuando llegas allí, te das cuenta de que cada mechón ha sido pintado uno por uno. Fueron horas y horas de un trabajo muy delicado. La idea era que, a una distancia media, una pudiera sumergirse en ese bosque de mechones. El pelo blanco es como hierba que crece, pero para el ojo humano el horizonte evidentemente está a la altura de sus rodillas.

Es verdad, todos nos sentimos empequeñecidos ante ella.

Sí, estas cuestiones sobre el tamaño y la escala son metáforas muy útiles para mí. En mi vídeo Initiation Rite / Sacred Bath [Rito de iniciación / Baño sagrado] hay varios aspectos que relacionan el cuerpo con la naturaleza. En un fragmento de la pieza, todo gira en torno al paralelismo entre el trenzado del cabello y la preparación de algo para ser plantado. Para mí era importante decir que “somos la misma cosa”. Cuando digo eso, me refiero a nosotros, al cuerpo, a la naturaleza en cualquiera de sus formas: agua, tierra, plumas, piel, huesos, carne. Somos lo mismo. Así que Los secretos del magnolio me ha ayudado a afianzarme en el intento por ser en cierta forma mi propia geografía.

Al pensar en el cuerpo como parte de la naturaleza, y en la construcción de la identidad a través de la metáfora: ¿podrías contarnos cómo has trabajado con distintos formatos para crear esta pieza? ¿Qué tipo de decisiones debes tomar entre la fotografía, el dibujo y la pintura?

En estos dibujos, el principal material es la planta, que luego conservo con una capa de gel de base acrílica, que es compatible con papel. En el fondo, el pétalo de una flor se podría considerar papel. Lo único que le falta es el aditivo para preservar el objeto. En esta pieza hay fotografía, acuarela, gouache, tinta y luego utilicé goma arábiga como aditivo para algunos materiales. Eso es todo. La pieza está completamente expuesta a la superficie abierta, no usé ningún material para sellarla. Los componentes fotográficos se funden en esas grandes pinceladas expresivas.

Se nota que tanto estos temas como el modo de creación híbrida son una constante para ti. ¿Esta obra es una pieza única o marca el comienzo de una nueva serie?

Como sabes, el MoMA va a albergar la primera lechuza. Pero habrá una asamblea de lechuzas. Lo imagino como un grupo de mujeres reunidas. Al final, todas juntas van a ocupar una sala completa. Deb Willis estará allí, Betye Saar estará allí, Carrie Mae Weems estará allí. Todas mujeres que han sido muy importantes en mi vida. Han sido amigas y colegas a las que siento muy cerca, y que han trabajado intensamente para transformar la historia en nuestro ámbito. Son todas mujeres que están vivas. Me encanta que la palabra owl en español sea lechuza. Es femenino, la lechuza. No se usa lechuzo, sino la lechuza. Es majestuoso. Somos majestuosas.

Es un gesto hermoso, sobre todo cuando uno piensa en la forma en la que has situado tu propio cuerpo en esta obra, y a ti misma en tu práctica artística. La idea de épica autobiográfica cobra un tono diferente con este despliegue narrativo y con la relación entre el tema y las formas corporales.

En realidad, es una reunión de amigas, esta asamblea de lechuzas. Las lechuzas tienen conocimientos y sabiduría, pero también son visionarias. Imagina lo que sucede cuando las hermanas se reúnen y conversan. Hablan de una manera que sólo se da dentro de la intimidad de ese grupo solidario. Es en este espacio de confianza donde se crean y mantienen las energías, las decisiones y las revoluciones. Todo eso está presente en este cuerpo. Los secretos del magnolio es un homenaje al rol de cuidadoras de las mujeres y de las mujeres negras en el mundo. No ha habido otro grupo de mujeres que se haya expuesto a tanto dolor y sufrimiento, y haya dado a cambio tanto cuidado y amor.

María Magdalena Campos-Pons. Los secretos del magnolio. 2021
©María Magdalena Campos-Pons. Los secretos del magnolio. 2021

Cuéntanos por qué has decidido titular la obra Los secretos del magnolio.

Siento que tanto el título como muchas de las ideas de esta obra me las han susurrado al oído. Mira, Oluremi, hace unos días estaba en la cama y discutía conmigo misma sobre fotografía y pintura. ¿De dónde viene esta necesidad de pintar al lado, arriba, por debajo o por encima de una fotografía? ¿Dónde empieza el fotorrealismo y dónde termina la documentación fotográfica? ¿Qué significa todo esto? Para mí, está el tema del ojo, el ojo mecánico que hemos creado para ver y observar. Y después está el otro ojo, el que no puedo controlar, que está en mi interior y es testigo de todo. A fin de cuentas, me interesan las materialidades. No me refiero a que me interesa la pintura o la fotografía, el dibujo, el grabado o la performance. No hay para mí una jerarquía de materiales o disciplinas. En lo que estoy pensando es en mí misma durante el proceso creativo. Estoy creando una entidad. Este también es mi paisaje. El estudio es mi bosque. El estudio es mi océano, mi montaña, mi todo. Allí estoy nadando, escalando, agachándome, creando… Allí soy todas las cosas.

_____________

Publicación fuente ‘MoMA’ / Traducido por Carmen M. Cáceres