Diego L. García: La conversación de los cíclopes o acerca de ‘Monsieur Ferlinguetti’ de Pablo de Cuba Soria

Autores | 1 de noviembre de 2023
©Portada de ‘Monsieur Ferlinguetti’ de pablo de Cuba Soria

La poesía y la prosa pueden ser una misma materia cuando todo se desarma antes del género. Antes de la forma, entendida como nos hemos acostumbrado a hacer; la forma del orden, mas no la forma de la idea. La obra de Pablo de Cuba Soria es anterior (no por tiempo sino por espacio) al dominio de los parámetros contemporáneos de las clasificaciones y los aplanamientos.

“Pound leía sus versos con la cadencia de un zumbido: su prosodia zumba”. Leemos en el tránsito de ingreso a una comunicación que abandona desde ya las frecuencias cómodas de la voz masiva. En Monsieur Ferlinguetti (Editorial Casa Vacía, 2023), más bien se trata de una prosodia que nos recuerda a Gregorio Samsa: quien no puede comunicarse, pierde su humanidad. Pero quien destruye las palabras es además señalado como culpable del balbuceo de los otros (“entre ágrafos”). Es un crimen para los sujetos de la vigilia constante, los que pagan por una claridad automática libre de temblores; algo así le sucede al sonámbulo Franz: “La sombra de Mme. Kafka sube las escaleras que llevan a Ático. Franz, dormido, la empuja escaleras abajo. Tres golpes en la puerta, para invocar a Ferlinguetti”. ¿Quién es Ferlinguetti? ¿Un fantasma acaso? ¿Un demonio de la literatura? El misterioso Monsieur Ferlinguetti será nuestro guía de viaje a través de un territorio con postas tan particulares como Escritura, Old Town de Oriente o Pensamiento ágrafo. ¿Lugares del sueño? Es posible si entendemos al sueño como una instancia en la espiral de la escritura creativa. Así lo hizo Proust:

“«Mucho tiempo me he acostado temprano». En toda la novela de Marcel Proust se leen más de dos mil veces las palabras acostarse, siesta, pesadilla, dormir, sueño, ensoñación, soñadoramente… El editor Humblot no entendió «que un señor pueda llenar treinta cuartillas para describir cómo da vueltas y más vueltas en su cama antes de conciliar el sueño». Proust duerme a Escritura, la hace soñar”.

Proust, al igual que Pablo de Cuba Soria, atenta contra el ritmo mecánico del texto que va hacia adelante con una ingenuidad fácil de digerir, acomodado al movimiento de la pereza y del consumo instantáneo. La literatura debe abrir esos lapsos de demora. Ser no-productiva de diálogos artificiosos y acciones dramáticas de entretenimiento. Hay algo más, un plus, en el decir zumbante del soñador.

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