Carlos Daniel Aletto: ‘Cobra’, la novela de Sarduy de hace medio siglo con una travesti como protagonista

Autores | 12 de noviembre de 2023
©Portada de Cobra en la editorial Cuneta

Ignacio Iriarte, Doctor en Letras por la Universidad de Buenos Aires e investigador de Conicet, analiza en conversación con Télam la relevancia de «Cobra» en la actualidad. El académico señala que Sarduy, apenas instalado en La Habana, comenzó un intenso raid de publicaciones: muchos poemas, un puñado de cuentos y varios ensayos sobre pintura, actividad en la que se va a especializar. Todo eso lo hizo colocándose en el campo moderno de la intelectualidad habanera, representada por la revista «Ciclón», en donde estaban escritores como Virgilio Piñera y Guillermo Cabrera Infante, enteramente familiarizados con las novedades de ese momento, pues leían el existencialismo, el psicoanálisis y el cine norteamericano.

Según Iriarte, actual docente de la Universidad Nacional de Mar del Plata y quien ha publicado numerosos artículos en revistas y capítulos de libros sobre literatura cubana y latinoamericana, la Revolución aceleró esa efervescencia. «Hay que recordar que se trataba de un grupo de escritores jóvenes, que vieron la entrada de revolucionarios también jóvenes», asegura el autor del libro «Del Concilio de Trento al sida. Una historia del Barroco» y agrega: «El mundo, digamos, se había vuelto nuevo, creativo por su ruptura con el pasado. En buena medida, podemos decir que ése es el epicentro del siglo XX, un siglo particularmente belicoso y revolucionario: la gente quería cortar con el pasado, tanto en la política, con la creación del hombre nuevo, como en el arte y la literatura, como se puede ver en la continua emergencia del vanguardismo como motor estético principal». De esta forma Sarduy sale de una encrucijada de tres elementos: la modernidad, la revolución y la transformación completa del arte y la literatura.

Con algunas pocas excepciones, el grupo moderno festeja la revolución, y todos, Sarduy incluido, pasan a trabajar en los nuevos medios, que son el diario «Revolución» y «Lunes de Revolución», un suplemento cultural, dirigido por Cabrera Infante.

Sarduy se va de Cuba a fines de 1959 con una beca para estudiar historia del arte en Europa. Aunque la beca duraba un año, decidió quedarse en París, para no volver nunca más. «Nunca dijo por qué –explica Iriarte– no dejó una razón explícita de sus motivos. A fines de los años 60 tuvo problemas porque no le renovaron el pasaporte cubano, y desde Francia empezaron a sospechar de que se trataba de una suerte de espía comunista».

Para los estudiosos de su vida hay dudas de que Sarduy haya sido espía «tal vez se trate de una exageración, pero hay algo verosímil en todo eso, porque el mundo estaba marcado por la polaridad de la guerra fría», asegura Iriarte y agrega: «Sarduy se queda en París porque era homosexual, una realidad complicada para un país como Cuba, que va a tener políticas represivas contra los gays».

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