François Vallée: Interviú a Enrique Silvestre / Es interesante ver a otro descifrando tus símbolos

Artes visuales | 13 de noviembre de 2023
©Silvestre, ‘Dientes de perro y erizos’, 2022

¿Cómo contemplas tu estatus de creador en el siglo XXI? 

Mi estatus como creador… Pienso que ha sido una lucha contra el tiempo y la muerte.

¿Eres reacio a explicar tu trabajo, al acercamiento crítico?

Cualquier manifestación de un pensamiento crítico me agrada, pues a la manera del espejo (abyecto o no) crea una doble imagen de mí o de mi obra. Al final, es un ejercicio de arte también y lo miro con los mismos ojos con que me miran. 

He tenido la suerte de tener buenos amigos que han creado en la forma de la escritura lindas imágenes de mi trabajo y lo aprecio mucho. A veces, ni yo mismo sé lo que estoy haciendo y, aunque me gusta mantener las cosas con su misterio, es interesante ver a otro descifrando tus símbolos.

¿Qué artistas han influido en ti y a cuáles sigues admirando? 

Siempre me gustaron mucho los primitivos flamencos: El Bosco, Lucas Cranach… pero también Henri Rousseau, Frida Kahlo. La figuración siempre me interesó mucho. 

Alguien que me inspiró desde mi comienzo fue Philip Guston. Me gusta el expresionismo alemán, admiro a Balthus, a James Ensor, a Antonia Eiriz, el arte del inconsciente, Bispo do Rosario, Tunga y Francis Bacon, que hasta hoy es un pintor que no ha dejado de inquietarme.

Háblame de tu proceso de creación.

Trabajo todos los días, le dedico casi todo el tiempo de mi vida a la creación y me siento feliz de poder hacerlo. Con eso me conformo. Claro que es siempre lindo vender un cuadro, exponer, formar parte de exposiciones, estar en catálogos, pero eso pasa conmigo siempre de una forma mágica o como consecuencia de mi dedicación.

¿Qué opinión te merece el mercado del arte y el lugar que ocupa el dinero hoy día en este mundo? 

El escenario que ha creado el arte contemporáneo, con sus múltiples exigencias en el mercado del arte, es algo de lo que no formo parte, por circunstancias de la vida y decisiones que he tomado a lo largo del proceso de mi obra. 

Siempre he tenido que protegerme (aunque esa actitud hasta haya saboteado mi carrera) de lo que no me deja saber la verdad acerca de mí mismo.

¿Qué tipo de relación tienes con los galeristas?

No tengo ninguna, pero no tengo nada en contra…

¿Cuándo y por qué te exiliaste?

Salí de Cuba porque sentía la presión de las instituciones sobre mi trabajo. A finales de los años 90, se corrió una bola por La Habana de que yo estaba medio loco. A pesar de eso, no sé por qué, me invitaron a participar en la Bienal de La Habana en 1999. 

Dio la casualidad de que ahí conocí a mi actual esposa Ania y decidimos irnos para Brasil el 5 de mayo de 1999 y comenzar todo de cero. La hermana de Ania vivía en Brasil y la invitó. Ya sabíamos antes de salir que nos íbamos a quedar allí. 

Al poco tiempo de estar en Brasil, me invitaron a una exposición en Porto Alegre y me fue muy bien, vendí muchas obras. Para mí, era importante también ampliar mi investigación y en Cuba mi expresión se estaba agotando. Aquí en Brasil, siento que mi obra ha ganado otro sentido al volverse un híbrido de dos mundos o dos identidades.

También ha influido bastante en mi trabajo el fenómeno del anonimato: te da una gran libertad, una independencia, estás más libre para explorar distintos tipos de representación en varios universos al mismo tiempo y, como mi trabajo es muy fenomenológico, me ha permitido avanzar, procesar e investigar libremente y tener tiempo para crear. 

[Para seguir leyendo…]