Carta Abierta: El régimen cubano es una amenaza y debe terminar
Nosotros, ex oficiales de las Fuerzas Armadas, el Ministerio del Interior, el gobierno y el Partido Comunista de Cuba, nos apartamos de nuestros cargos, arriesgando nuestras vidas, en rechazo de la corrupta tiranía que subyuga al pueblo cubano y lo sume en la miseria. Conociendo desde adentro sus objetivos y metodologías, nos sentimos obligados a alertar sobre la amenaza que representa a la seguridad no solo del pueblo cubano sino también de los Estados Unidos, el hemisferio occidental y el mundo.
Los servicios de Inteligencia de Cuba actualmente cuentan con un gran número de agentes en las Américas, África, Asia y Europa. Muchos ciudadanos de numerosos países —cuyas supuestas lealtades no levantan sospecha— son espías y agentes de influencia reclutados para servir los intereses de la dictadura cubana. Operan dentro de sus gobiernos, parlamentos, medios de prensa, universidades, iglesias, instituciones culturales, empresas y otros sectores de la sociedad, incluso a los niveles más altos. Algunos espían enviando información clandestinamente, otros solo indican personas a estudiar para su reclutamiento potencial, y todos influyen a favor del régimen cubano.
En Estados Unidos se ha descubierto solo la punta del “iceberg” con el encausamiento en diciembre pasado del ex embajador Víctor Manuel Rocha y las largas condenas a prisión de la principal analista de Cuba del Pentágono Ana Belén Montes en 2002 y el alto oficial del Departamento de Estado, Kendall Myers en 2009. No son casos aislados o reliquias de la Guerra Fría, como algunos han declarado; al contrario, son el resultado de un trabajo de décadas cuyos réditos exponenciales son difíciles de imaginar.
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