Francisco Morán: Raúl Castro y el Periodo Especial

DD.HH. | 8 de enero de 2024
©ABC Internacional

Por si alguien no se ha enterado que Cuba no ha salido nunca del «Periodo Especial»:

Esto lo dijo Raúl Castro en una entrevista y lo publicó Bohemia el 30 de septiembre de 1994, cuando todavía el régimen seguía choqueado por el Maleconazo. Es importante enfatizar esto dada la guapería con que hoy se recuerda ese día:

“SI HAY COMIDA PARA EL PUEBLO NO IMPORTAN LOS RIESGOS. HOY EL PROBLEMA POLÍTICO, MILITAR E IDEOLÓGICO DE ESTE PAÍS ES BUSCAR COMIDA”.

El problema, si se quiere, es hoy quizá más urgente y grave que en los 90. Por cierto, en aquellos años todavía el Estado se jactaba de la construcción de barcos pesqueros. ¿Dónde están hoy? Si se revisan unas tras otras las Bohemias entre 1989 y principios de 1995, encontraremos algunas similitudes con los tiempos que corren. La «Soberanía Alimentaria» de hoy parece provenir del «Programa Alimentario» de los 90. La guerrita contra coleros y acaparadores tiene su espejo en la que se libró contra los «macetas» de aquellos años. Un problema cardinal entonces, como hoy, es la ansiedad en torno a la juventud.

Cuando Juventud Rebelde, tras el 11J, publicó un artículo que preguntaba ¿y si perdemos la juventud? no hizo sino revelar lo que el régimen sabía muy bien: que el cuento de siempre se hacía cada vez más difícil de creer por los jóvenes. Otras preocupaciones que saltan a la vista en los 90 hace tiempo que ya se han vuelto familiares: el aumento de la emigración, la violencia, el abuso doméstico, e incluso otras cuestiones de las que no se habla hoy, a pesar de que se han agudizado: el suicidio, la depresión, el divorcio. Hasta el punto de que Bohemia publicó un articulo dirigido obviamente a tranquilizar a los cubanos en el que aseguraba que NO había una EXPLOSIÓN de delincuencia.

La represión brutal con que el régimen respondió a las protestas del 11J se explica precisamente por lo que Raúl Castro había afirmado tras el Maleconazo. Este hecho les demostró que otro similar y de alcance y magnitud inimaginables –que fue lo que ocurrió el 11 y el 12 de julio de 2021– podría ocurrir, y que de ser así pondría en tela de juicio la gobernabilidad del país, e incluso la voluntad del Estado de hacer ni el más mínimo sacrificio político en aras de mejorar la ya deteriorada situación de los cubanos. Por lo tanto, si no se iban a hacer concesiones políticas de ningún tipo, el hambre no haría sino aumentar dada la más que comprobada ineficiencia del régimen. En este caso había que prepararse no en caso de que ocurriera un estallido social, sino PARA cuando ocurriese. Llegado el momento se implantaría –como se ha implementado ya– un régimen de terror para desalentar protestas que pondrían en jaque la legitimidad del poder de la aristocracia militar que gobierna al país. Hasta ahora, aunque no un ciento por ciento, el terror ha funcionado. HASTA AHORA. Porque ya se sabe como reacciona el animal más atemorizado cuando se ve acorralado.