Ernesto Hernández Busto: Conversación con Carlos M. Luis sobre Cintio Vitier [Fragmento]

Archivo | Autores | 16 de mayo de 2024

A propósito de su biografía sobre Lezama Lima (aún en preparación), Ernesto Hernández Busto entrevistó en 2002, en Miami, a Carlos M. Luis (1932-2013), ensayista, pintor y durante varios años Director del Museo Cubano de Miami. No dejen de escuchar este travelling por los primeros años no-revolucionarios de quien llegara a ser, años después, Diputado a la Asamblea del Poder Popular en Cuba:

«Cintio [Vitier] decide irse de Cuba, porque ya no podía más, y entonces me llama por teléfono y me dice que quería hablarme, y nos reunimos en el zoológico de La Habana, que era un lugar seguro. Y allí es donde me dice: “Mira, me voy a ir para México, a casa de Julián [Orbón] porque tenemos idea ya de concertar un paso con Florit para la Universidad de Columbia. ¿Qué tú crees del plan?”. En ese momento cuando él me dice eso yo tenía todavía dudas, lo mío fue un proceso muy largo. En eso, pasa un individuo, un personaje muy pintoresco que se llamaba Eduardo Moné, creo, que era un individuo…, ¿cómo describírtelo?…, era un homosexual de clóset, comunista, amigo de toda la izquierda, vivía en la calle Estrella, detrás de Reina, y allí tenía un mural de Cundo [Bermúdez], tenía colección de cuadros, de discos, cosas de esas. Un personaje, y se conocía a toda La Habana y sabía todos los chismes de La Habana, era muy amigo de [Alfredo] Lozano, de toda esa gente. Y yo iba mucho con [Jorge] Camacho, con Lozano, a su casa a chacharear, así que él me conocía. Y él estaba [en el zoológico] con lo que llamaba “su sobrino”, que no era tal sobrino, y con el hijo del sobrino. Y entonces me ve, me saluda y eso… Y en ese momento, no sé cómo, me suelta: “Chico me voy pa’l carajo de aquí, porque esto es una mierda”. Cintio estaba blanco, no dijo ni media palabra, Cintio no lo conocía porque este es el elemento que los origenistas nunca quisieron conocer, el elemento sabroso… Lezama sí sabía quién era [Roberto] Bourbakis, que era el “sobrino”, y se reía de todo eso. Cuando se fue, le dije: “—Mira, este es comunista…” —“¿No me digas…” “—Sí, me ha tomado por sorpresa”. Eso me impresionó mucho. Él caso es que él quedó, no recuerdo los detalles, en que yo iba a llamar a Fina, o Fina me iba a llamar a mí para darme darme una especie de password para decir que sí, que se iban a quedar. Y se va a México».

Disfruten 😉