Rachel Blanco: Exhibiciones e hipocresía de la Bienal de La Habana
Desde el pasado 15 de noviembre hasta el próximo 28 de febrero de 2025, tiene lugar una nueva edición de la Bienal de La Habana, el evento de artes plásticas más relevante del país. La Bienal celebra su 40 aniversario y va a llegar, no solo a la capital, sino que se extenderá a Pinar del Río, Holguín y Matanzas.
El Centro de Arte Contemporáneo Wifredo Lam, a cargo históricamente de la organización del evento, ha anunciado la participación de 240 artistas de 57 países. Durante tres meses se verán intervenciones en espacios públicos, exposiciones, clases, talleres y un evento teórico enfocado en «la inclusión de saberes más allá del arte» que tendrá como sede el Museo Nacional de Bellas Artes.
Ha trascendido la presencia del venezolano Juvenal Ravelo. La argentina-italiana Silvia Barrios planea un ambicioso proyecto en Casablanca llamado Latinoamérica, sitio experimental para el bien común.
«Vamos a generar una casa de barro y bambú con materiales locales. Esta es la arquitectura del futuro. Las construcciones contemporáneas se enfocan justamente en los biomateriales, y la propuesta es que las personas puedan desarrollar su casa propia con elementos del territorio y técnicas que, si bien muchas son primitivas, se fueron acercando a nuestros tiempos mediante las tecnologías», explicó la artista en una reciente Mesa Redonda.
Por su parte, el artista colombiano Nicolás Patis, quiere convertir espacios del Museo de Bellas Artes en aulas, donde ocurrirán lecturas de literatura y filosofía y un happening llamado Conversaciones con pájaros, dedicado al «aprendizaje desde la lógica de la conciencia».
Para celebrar los 40 años de evento, han dispuesto en la Estación Cultural de Línea y 18 una exposición conmemorativa «de obras de artistas cubanos que han impreso una huella perdurable en la memoria de la Bienal».
El público habanero podrá conocer también la tradicional exhibición Detrás del muro, que ocurre en el Malecón, y esta vez convoca a 40 artistas cubanos y extranjeros y ha debido posponerse hasta el 24 de noviembre, dadas las condiciones meteorológicas.
La plataforma conceptual de esta Bienal tiene el título de «Horizontes compartidos». Según sus organizadores se trata de «una propuesta basada en el respeto a la diversidad y el trabajo solidario desde la mediación, la colaboración y la transdisciplinariedad entre creadores y manifestaciones artísticas». Un mensaje que ha sido calificado de hipócrita. En una reflexión sobre la historia de la Bienal de La Habana aparecida en varias publicaciones, seis curadores y artistas cubanos se han preguntado: «¿Qué significa para una institución del Estado fomentar un evento que defienda la diferencia y la resistencia en un país con más de 1.000 prisioneros políticos, donde la oposición y las expresiones creativas críticas son censuradas, los artistas son censurados y una publicación en una red social contra el Gobierno puede meterte en la cárcel?».
En efecto, mientras el Centro Wifredo Lam y los comisarios de la Bienal de La Habana hablan de inclusión y diferencias, hacen lo posible porque se ignore, por ejemplo, la propuesta artística desde la cárcel de Luis Manuel Otero Alcántara, en la que invita a todos los participantes a la Bienal y al público en general a visitarlo en la cárcel de Guanajay para conocer su obra secuestrada, llamando a los teléfonos 7858 3604, 7858 3479, 7858 3455 de la Dirección de Establecimientos Penitenciarios del Ministerio del Interior.
Publicación fuente ‘DDC’
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