Rafaela Cruz: Cuando el castrismo se asusta, los cubanos debemos temblar

Hace cuatro meses, el castrismo abofeteó al sector privado con la Resolución 56 del Ministerio de Comercio Interior (MINCIN), prohibiendo a cuentapropistas y mipymeros hacer comercio mayorista, y concediéndoles 120 días para liquidar, al trote, lo que tuviesen almacenado o en tránsito.
Pero a punto de terminarse aquellos 120 días, reapareció el MINCIN y, sin explicar nada y como quien no quiere la cosa, emitió una escueta nota prorrogando el plazo seis meses más, hasta el 30 de septiembre, aunque solo para las MIPYMES, que son realmente las que se habían especializado en el negocio mayorista. ¿Que pasó? ¿A que se debe la prórroga?
Pasó lo que cualquiera con medio cerebro podía prever, las MIPYMES se alejaron del negocio mayorista y se lo dejaron al sector estatal socialista, según dictaba la Resolución 56 ¿Resultado? Más escasez, más inflación, más colas, más de todo lo malo que pasa cada vez que un gobierno quiere hacer de empresario.
Viendo los nubarrones venir, las MIPYMES dejaron de importar en grandes cantidades, y ahora el desabastecimiento que es ya tan cubano como las palmas, se está sintiendo incluso en el sector privado, pues productos que antes siempre había, ahora ocasionalmente desaparecen para reaparecer un poco más caros.
Si el castrismo le está tratando de insuflar algo de vitalidad al sector privado, extendiéndole el plazo para importar, es porque son graves las cifras de compras en el extranjero que maneja el Gobierno, que deben estar apuntando a que el hueco causado por la Resolución 56 es profundo, pues las MIPYMES han dejado de importar al mayoreo a la misma vez que el Gobierno aún no ha podido reemplazarlas por empresas estatales, situación que se nota en productos como el azúcar, la harina, la leche evaporada o el aceite.
El plan castrista era que el sector estatal, es decir, sus empresas, reemplazasen al privado en las cadenas de distribución de alimentos, que es el renglón más importante de esta economía de subsistencia que padece la Isla. Pero, por supuesto, y como era previsible, lo estatal no ha sido capaz de sustituir con eficiencia a lo privado, así que están reculando.
Llama la atención que el último párrafo de la nota publicada por el MINCIN menciona que se han aprobado seis, solo seis negocios conjuntos entre MIPYMES y entidades estatales dedicadas al comercio mayorista. ¿Por qué solo seis? ¿Tan pocas MIPYMES quieren aliarse con el Gobierno? No parece probable, pues para muchos mipymeros sería deseable tener un negocio conjunto donde el Estado les dé cobertura con sus almacenes, cadenas de distribución, redes de contacto, trabajadores y respaldo financiero.
El diminuto número de negocios «aprobados» —esa es la palabra clave— más que falta de interés desde el sector privado, indica que el Gobierno y sus acólitos y testaferros están gestando un monopolio del comercio mayorista. Pero como ese mecanismo aún no está listo, necesitan ganar tiempo dándole algo más de cordel a los empresarios verdaderamente privados, para que no se profundice la hambruna generalizada en el peor de los momentos, el verano.
No es casualidad que el día de la dignidad nacional sea un 11 de julio. En verano la gente en su casa tiene más hambre, más calor, niños irritados e irritantes que ni pan tienen, matrimonios tensos por las carencias, la demanda eléctrica se dispara provocando más apagones… Si a ese panorama se le añade que ni en las MIPYMES haya comida, tenemos un cóctel muy volátil, que es lo que parece querer atenuar el castrismo permitiendo que hasta el final del verano las MIPYMES puedan seguir importando al mayoreo.
Sin embargo, puede que extender el plazo seis meses dé margen para importar algo más, pero no mucho, pues los mipymeros saben que aún existe una fecha límite. No se van a abastecer tanto como harían si no estuviese la guillotina preparada.
El castrismo le vio las orejas al lobo y se espantó, los números apuntan a que el abastecimiento inmediato está en riesgo. Pero importar toma tiempo. ¿Habrá un empeoramiento del abasto en las MIPYMES antes de que vuelvan a verse rebosantes como seis meses atrás? En fin, quien pueda, que congele pan; sí, de ese duro y amargo, de harina de boniato o del que sea. Prepárense, the summer is coming.
Publicación fuente ‘Diario de Cuba’
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