Si bien el fin del socialismo de estado en Cuba es discutible (no así su mutación), en tanto la élite política que lo impuso y mantuvo más o menos a la fuerza detenta aún el poder, es innegable que las estructuras estatales, discursos legitimadores, y prácticas sociales impuestas en los tempranos 1960s han dado paso, en los últimos años, a un nuevo (en tanto diferente) orden político en la isla. El mismo, como se ha hecho notar, comparte más de un elemento en común con los estados post-socialistas de Europa del Este y las repúblicas de la antigua URSS. Para seguir leyendo…
Responder