Lavastida no está interesado en hacer de sus reflexiones críticas un vehículo en la transformación de la sociedad. Tampoco le interesa un debate sobre la política cultural revolucionaria, desde el campo de producción artístico, que luego sea susceptible de ampliarse hacia el ámbito de la sociedad. No le interesa, esencialmente, porque no cree ya en esa política cultural del mismo modo que no cree en la utopía del proyecto revolucionario que la genero. Lo que si le interesa mostrar son las tipologías, los resortes del lenguaje visual y audiovisual empleado por los enunciados de la política cultural revolucionaria en la comunicación de su programa político ideológico. Sí está interesado en recrear, desde un distanciamiento de expresión brechtiana, la escenificación dramatizada de los contenidos. Lo que coincide en muchos casos con una especie de puesta en escena paródica sobre los mecanismos de lenguaje que intervienen en esta comunicación. Para seguir leyendo…
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