El alegato de Goebbels, lo sabemos hoy, de nada sirvió para enmascarar la naturaleza genocida y criminal del Tercer Reich. Como de nada servirán las loas al castrismo para ocultar los estragos económicos, sociales, y sobre todo humanos, causados por el socialismo cubano. Lo curioso del caso es que, para seguir postrados ante el castrismo, los autodenominados «revolucionarios» de América Latina y del mundo le dan la espalda al postulado fundamental del edificio teórico de su profeta Karl Marx, a saber: es la economía la que determina la viabilidad o no de un sistema político y social y, por ende, la capacidad de dicho sistema a imponerse y prevalecer. Para seguir leyendo…
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