«Décadas atrás, se leyó mucho toda aquella literatura épica. Libros como La carretera de Volokolamsk, Un hombre de verdad, Así se templó el acero. Pero no creo que fueran libros que la gente guardara. Los leían, pero sin darles mayor valor. A veces, pasas por un lugar donde la gente arroja la basura y encuentras esos libros botados. Sin embargo, la literatura clásica sí es muy valorada. Yo me encontré en Matanzas al administrador de una cafetería que me dijo que en prisión leía a Dostoievski.» Oooops 😉 Para seguir leyendo…
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