En el análisis de la obra acostiana, se hallan varias funciones del humor, pero entre las más llamativas es su sátira. No sólo se burla de los Estados Unidos y de Rusia, sino de su patria, Cuba, también. Resta la punzante pregunta que discute Eric Weitz: ¿Tienen la comedia y lo cómico la capacidad de desafiar y de cambiar los discursos dominantes en nuestras sociedades?. Iván Acosta no ha dejado de iluminar lo ridículo en la situación geopolítica en que se hallan los cubanos y su diáspora, y se espera que su crítica no vuele como Matías Pérez, sino como Federico Asunción de la Tierra. Para seguir leyendo…
Responder